Cada año, las empresas españolas del sector turístico y la restauración se ‘ponen las pilas’ en el ámbito de la gastronomía para ofrecer algo más que tapas y sangría a sus clientes, convirtiendo ésta en el pilar central de la actividad turística. Y es que como a menudo se dice, “el turismo sin gastronomía, no es más que un recorrido apresurado”.

Hoy en día, son más y más las personas que ansían viajar a otros países con el fin de probar las exquisiteces culinarias pertinentes. Por ello, las empresas hosteleras y de restauración empiezan a ofrecer a sus clientes alimentos y platos elaborados con las últimas técnicas culinarias, y de esta manera, convertir el momento de la comida en toda una experiencia sensorial.

El 88 % de los destinos más turísticos a nivel mundial mantienen que la gastronomía forma parte de su marca y su imagen. Asimismo, el turismo gastronómico genera cada año 150 billones de dólares a nivel mundial y se calcula que, en el año 2013, 7,4 millones de turistas provenientes de fuera de España fueron atraídos al país por su gastronomía, una cifra que cada año asciende vertiginosamente.

Nuestro país es conocido por albergar cada año un sinfín de eventos gastronómicos tales como el Basque Culinary Center que se celebra en la ciudad guipuzcoana de San Sebastián como un proyecto de investigación, formación e innovación del mundo gastronómico; San Sebastián Gastronomika celebrado en la misma ciudad que cuenta con la participación de hasta 70 estrellas Michelin; y el Congreso Internacional de Gastronomía Madrid Fusión que se celebra anualmente en Madrid y que acoge a cocineros de prestigio tanto a nivel nacional como internacional.

España cuenta con cinco restaurantes de los que se incluyen en la prestigiosa guía ‘Los 50 Mejores Restaurantes del Mundo’. Además, España cuenta con unas de las mejores materias primas como son el aceite de oliva virgen extra que aporta un sabor excelente en todas las preparaciones; quesos de alta calidad y sabor; las conocidas ‘tapas’ o ‘pintxos’ elaborados a base de diferentes ingredientes con sabores complementarios entre sí; y que no falte un buen vino Rioja o Ribera de Duero para acompañar las comidas.

Cada vez más bodegas son visitables y ofrecen el conocido ‘enoturismo’ o ruta del vino, donde se enseña todo el proceso de obtención y embotellado del vino. A su vez, cada vez se ven más escuelas de cocina dedicadas a aspirantes de chefs, cocinillas, sibaritas o aficionados donde aprenden a elaborar desde los platos más básicos hasta las más innovadoras artes culinarias. A su vez, existen diferentes escuelas de cocina que imparten cursos personalizados dependiendo de las preferencias de la persona, y que incluyen clases de cocina italiana, vietnamita, japonesa, marroquí, griega, americana, francesa, mejicana y, por supuesto, española. Existen incluso escuelas de lo más básicas donde te enseñan a crear tu propio pan artesanal.

Gracias al turismo gastronómico, se llega a conocer de una manera más profunda la cultura y el modo de vida en los diferentes territorios, y constituye una oportunidad única para impulsar el desarrollo económico y social de la zona, diversificar el turismo y presentar nuevos usos y técnicas al sector primario.