Con respecto al bienestar animal, no hay zona del mundo donde los animales tengan, por normativa, más espacio, mejores condiciones higiénicas, sanitarias y alimentarias, ni mayores comodidades tanto en las granjas como en el transporte.
Como resultado, en los últimos años el sector, entre otras actuaciones, ha disminuido un 30% el uso de agua por kilo de carne, un 22% las emisiones de gases de efecto invernadero o se ha dotado de un 65% más de espacio para las hembras reproductoras de porcino.
Seguridad alimentaria y consumo moderado en España
En lo que concierne a la seguridad alimentaria, España también lidera este ámbito con una normativa muy exigente, con sistemas de control muy activos y un sistema de trazabilidad de la granja a la mesa que es un ejemplo mundial y que asegura que cualquier producto cárnico que llega al consumidor lo hace con las máximas garantías sanitarias.
También es reseñable que los españoles mantienen un consumo equilibrado de carne y elaborados cárnicos avalado por la comunidad científica y que se enmarca en el patrón de la Dieta Mediterránea, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El empleo asimismo es de calidad y estable, cumple con la normativa dentro de un marco de relaciones laborales basadas en el diálogo y la negociación colectiva. El sector porcino apuesta rotundamente por la formación y la innovación, lo que exige trabajadores implicados y experimentados, que realizan un enorme trabajo para mejorar aspectos como el bienestar y cuidado de los animales.
Si en la actualidad, el sector porcino español lleva sus productos a más de 130 países de todo el mundo se debe al trabajo de sus ganaderos y profesionales, al reconocimiento a la calidad y seguridad de cada uno de los productos que pone sobre la mesa y al valor añadido que le da estar bajo el sistema más garantista del mundo con el bienestar animal y el medio ambiente.