El sector porcino español, no sin un esfuerzo titánico en todos los aspectos desde económicos hasta de cambio de mentalidad de nuestros ganaderos, se ha convertido en uno de los referentes mundiales en aspectos como la sanidad animal, la sostenibilidad y el bienestar animal.

España fue el primer país de la Unión Europea en cumplir con la normativa comunitaria, aprobada en 2001 que determina las normas mínimas para la protección de cerdos para contribuir a la mejora y mantenimiento de la competitividad de las exportaciones ganaderas (Directiva 2001/88/CE, de 23 de octubre de 2001).

Apostando por el bienestar animal, nuestros ganaderos no sólo han mejorado las instalaciones de las granjas sino todo el modelo de producción desde la granja a la mesa. Explotaciones, alimentación de los animales, sanidad o transporte son algunas de las materias contempladas en esta rigurosa normativa.

Alimentación y bebida a voluntad 

Los sistemas de alimentación así como la alimentación en sí misa, es otro factor determinante en el bienestar animal. La normativa exige garantizar a los cerdos alimento y bebida suficiente para cada animal teniendo siempre en cuenta las fases de crecimiento por las que pasa. Así, durante los primeros días de vida, los lechones se alimentan solo de leche materna, pero pasada la primera semana se les introduce un pienso de iniciación para estimular el sistema digestivo y minimizar los trastornos digestivos.

Posteriormente los cerdos se alimentan, ad libitum, exclusivamente de pienso, compuesto por cereales, oleaginosas y soja y realizado por el nutricionista, que normalmente es un veterinario o agrónomo. Un producto tan básico como los cereales, mayoritariamente trigo, puede llegar a constituir cerca del 70% de los piensos compuestos utilizados en la alimentación animal.

Los veterinarios son los encargados de decidir el tipo de pienso que le conviene a cada cerdo para cubrir todas sus necesidades nutricionales en sus diferentes etapas de crecimiento. Además, para asegurar el control y trazabilidad de los piensos utilizados en la explotación, los ganaderos deben llevar un registro de los mismos, que estará a disposición de la autoridad competente siempre que sea requerido. Existen controles del pienso tanto en fabrica como en granja llevados a cabo por los inspectores de las comunidades autónomas que verifican que se cumplen todos los requisitos pertinentes en esta materia.

Medidas de bienestar animal  en las granjas de porcino