La carne es una excelente fuente de proteínas y nutrientes esenciales como zinc, hierro, vitaminas B1 y B6. Además, la carne de cerdo es rica en carnosina, péptido formado por los aminoácidos histidina y alanina, que parece tener efectos neuroprotectores frente al estrés oxidativo. Este y otros nutrientes presentes en la carne de cerdo, pueden intervenir en el buen funcionamiento del sistema inmune.

La inmunidad es un proceso fisiológico complejo que desencadena una serie de cambios en el organismo como defensa frente a las infecciones. En ésta intervienen tanto componentes específicos como inespecíficos. Así, los componentes inespecíficos son aquellos que actúan como barreras o mecanismos innatos para evitar la entrada de microorganismos patógenos y así evitar la infección, y los componentes específicos son aquellos que se van adaptando para hacer frente a los nuevos microorganismos. A esto último se le conoce como mecanismo o respuesta adaptativa.

Entre las células implicadas en la respuesta inmune destacan dos tipos de linfocitos T: Linfocitos T helper tipo 1 (Th1) y linfocitos T helper tipo 2 (Th2), que a su vez producen una serie de citoquinas, sustancias que se encargan de luchar frente a infecciones dentro y fuera de las células, respectivamente. Un desequilibrio en este sistema puede dar lugar a los conocidos como trastornos autoinmunes, alergias y reacciones de hipersensibilidad.

En este sentido, se ha publicado un estudio cuyo objetivo fue evaluar los efectos del consumo de carne de cerdo en la regulación y proliferación de los linfocitos previamente mencionados.

Para realizar la evaluación, se preparó un extracto de 5 litros de agua y 1 kg de carne de cerdo, que se dejó hervir durante una hora. Posteriormente este extracto se incluyó en una dieta basal con el siguiente reparto de nutrientes; 18,6% de proteína, 6,2% de grasa, 44,2% de hidratos de carbono, 3,5% de fibra y un 5,3 % de carne en forma de ceniza.

Se utilizaron 50 ratones hembra de 6 semanas de edad a los que se asignó aleatoriamente a 5 grupos. Un grupo control y 4 grupos con cantidades ascendentes de carne de cerdo, administradas a través de un extracto de agua previamente hervida con dicha carne.

Esta investigación, realizada por un grupo de profesionales del Departamento de Productos Animales y Ciencia de los Alimentos de Universidad Nacional de Kangwon, en Corea, y publicada en la revista canadiense “Institute of Food Science and Technology”, permitió demostrar que concentraciones elevadas de extracto de carne de cerdo (2.000 mg/kg) pueden estimular el sistema inmune, ya que producía un aumento de los linfocitos Th1 y Th2. Además, se podría producir un efecto antiinflamatorio al disminuir la producción de citoquinas.