Por Manuel García, presidente de INTERPORC

La historia reciente del porcino español es la crónica de un éxito que tiene pocas analogías en otros sectores económicos de este país, toda vez que en pocas décadas hemos evolucionado de un tipo de producción tradicional y casi de autoabastecimiento a un modelo altamente profesionalizado y sostenible que exporta a todos los rincones del mundo y es admirado internacionalmente.

Además, es reseñable que este proceso de crecimiento y modernización lo hemos realizado fundamentalmente en y desde las zonas rurales convirtiéndonos en un motor de la economía y el empleo en miles de pueblos de toda España y en un sector clave para la vertebración del país, ya que damos un futuro laboral de calidad y estable a miles de jóvenes.

Detrás de este éxito están, entre otros factores, la especialización de cada eslabón de la cadena de valor y el crecimiento firme y sostenible que nos ha llevado a aprovechar las oportunidades para liderar el sector internacionalmente. Pero como buenos líderes también estamos atentos a los retos de futuro para anticiparnos y garantizar la sostenibilidad de nuestro modelo en los próximos años y décadas.

Son muchos estos retos, pero voy a referirme a 10 de ellos, que se engloban en 3 categorías: proceso de producción, mercados e imagen del sector. En la primera de ellas, el proceso de producción, está en manos de los agentes del sector adaptarse a las nuevas exigencias de la sociedad para mantener nuestro compromiso con ella. En este ámbito marcaría 6 retos importantes: sanidad animal, bioseguridad, bienestar animal, sostenibilidad, economía circular y necesidad de innovación.

Por su parte, desde fuera del sector llegan importantes retos relacionados con los mercados. El primero, nuestra consolidación global, toda vez que trabajamos para consumidores de más de 130 países y precisamos consolidar y robustecer nuestras estructuras comerciales internacionales; y el segundo, la continua adaptación a las demandas de los mercados, que giran en torno a productos cada vez más saludables y de calidad.

Por último, pero no menos importante, es cada vez más necesario reforzar nuestra imagen ante la opinión pública. En esta tercera categoría fijo otros 2 retos, el del fomento de la investigación y su divulgación ante los consumidores; y el de la difusión de la labor del sector, ya que es preciso comunicar quiénes somos, qué hacemos y cómo. Tenemos un modelo de producción sostenible y atento al bienestar animal que es referente internacional y debemos darlo a conocer para evitar que colectivos anticárnicos distorsionen de manera falaz nuestra imagen ante la sociedad.

En definitiva, son muchos los retos, pero es aún mayor la capacidad de los hombres y mujeres del porcino español para superarlos y seguir liderando un futuro que estoy seguro de que nos deparará grandes alegrías.