En los últimos años el sector porcino español está afrontando con éxito los diferentes retos que, como sector líder en los ámbitos nacional e internacional, se le están presentando. Entre ellos, son destacables la consolidación y mejora de un sistema de producción cada vez más respetuoso con los animales y con el medio ambiente; y el importante avance en la internacionalización.

En el caso del primer reto, España cuenta con el modelo de producción más exigente del mundo en bienestar del ganado y cuidado medioambiental, el de la Unión Europea, que es referencia internacional. Para adaptarse a ese nuevo modelo de producción, los ganaderos han realizado importantes inversiones para adecuar las granjas a esta normativa y han apostado, como en ningún otro país, por cumplir y potenciar esta normativa tan estricta yendo más allá de las exigencias europeas.

A esa exigente normativa y control, se suma un sistema de trazabilidad de la granja a la mesa que es un ejemplo mundial y que asegura que cualquier producto cárnico que llega al consumidor lo hace con garantías sanitarias de primer nivel.

Así mimo, las granjas de porcino trabajan bajo el binomio “reducir-reutilizar”. Como resultado, en los últimos años, entre otras mejoras, el sector porcino ha conseguido disminuir un 22% las emisiones de gases de efecto invernadero y un 30% el uso de agua por kilo de carne producido.

En este sentido, hay que subrayar que el agua total consumida por el sector porcino es tan solo el 0,05% del consumo en España. Por otro lado, se ha implementado una nueva normativa de gestión de purines que reduce en un 30% los nitratos y que además supone una gestión eficiente ya que se aplicarán directamente al suelo, con enterramiento.

Por otro lado, el segundo desafío es mantener la posición entre las grandes potencias del comercio internacional que se ha alcanzado gracias al buen trabajo de las empresas pero también a la calidad y al sistema de seguridad alimentaria que lleva aparejado aplicar el modelo de producción español.

Las garantías de calidad y seguridad que aporta el sector porcino de capa blanca español es clave para ganar la confianza de los países importadores y facilita la creación de nuevos socios comerciales y, por lo tanto, permite abrir nuevos mercados en los que vender productos. A todo ello han contribuido no sólo las importantes inversiones realizadas en los últimos años por el sector porcino, sino también el alto grado de concienciación de todo el sector, desde ganaderos a veterinarios, y la sólida formación en esta materia de todos los profesionales implicados.

Hoy los productos del cerdo de capa blanca español se venden en más de 130 países de todo el mundo, con una facturación exterior superior a los 5.000 millones de euros, lo que nos sitúan como el segundo exportador europeo y el tercero a nivel mundial.