Los ganaderos españoles son muy conscientes de que deben aplicar una serie de técnicas para la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero, enfocadas principalmente a la mejora durante el almacenamiento y tratamiento de estiércoles y purines y al ahorro de agua y de energía.

En ese sentido, su apuesta ha sido determinante en la aplicación de un modelo de producción sostenible basado, entre otros aspectos, en la prevención y control integrados de la contaminación, el sector porcino ha reducido, en los últimos años y de forma importante las emisiones de gases de efecto invernadero.

De hecho, entre otros datos, caben destacar: la reducción de emisiones de amoniaco por kilo de carne producido del 47% entre 1990 y 2016, según el Inventario Nacional de emisiones de Contaminantes atmosféricos 1990-2016, publicado por el Ministerio de Agricultura.

Asimismo, en los últimos 10 años (2007-2016) se han disminuido un 15,3% las emisiones de metano procedentes de la gestión de estiércoles. Si se compara con el año 1990 y en función de la producción, la reducción es del 47% por cada kilo de carne producido, según datos del Informe de Inventarios GEI 1990-2016.

Por su parte, las emisiones de óxido nitroso derivadas de la gestión de estiércoles se han reducido un 0,6% desde el año 2007 y un 38,8% por kilo de carne producido entre 1990 y 2016.

Las emisiones de gases de efecto invernadero por la gestión de estiércoles se ha reducido en un 14,6% en los últimos 10 años.