En los últimos años, el sector porcino de capa blanca español se ha convertido en un referente internacional en bienestar animal gracias a un modelo de producción que cumple rigurosamente con la normativa europea en esta materia, la más exigente de la Unión Europea, y a la fuerte concienciación de los ganaderos españoles que van, mucho más más allá de lo exigido, sabedores de que la mejor calidad de vida de los animales se traduce en una mayor calidad de los productos destinados a los consumidores y en definitiva en una mayor competitividad del sector.

Apostando por el bienestar animal, nuestros ganaderos no sólo han mejorado las instalaciones de las granjas sino todo el modelo de producción desde la granja a la mesa.

 

Granjas diseñadas para maximizar el bienestar de los animales

Uno de los factores de mayor importancia para el bienestar animal depende de unas instalaciones que faciliten la expresión del comportamiento de cada animal y que respondan a las necesidades vitales de los mismos. En este sentido, la normativa española contempla una completa regulación que abarca: el tamaño de las explotaciones; el espacio y superficie mínimos obligatorios que deben disponer los cerdos; el diseño de los comederos para entre otras cosas minimizar daños entre animales; los tipos de suelos para que no sean resbaladizos ni causen daño ni sufrimiento; o las condiciones ambientales (niveles de ruido, temperatura o luz), entre otros.

 

Exhaustivos controles para garantizar la sanidad

La sanidad animal tiene como objetivo la salud y bienestar de los animales, cumpliendo este objetivo, se garantizan además otros dos íntimamente ligados: la economía y el comercio internacional. Desde el punto de vista económico, no resulta rentable mantener animales enfermos en las granjas, ya que, además de ser contrario al concepto de bienestar, no van a ser capaces de alcanzar los índices productivos que se esperan de ellos. En este sentido, los controles sanitarios son exhaustivos a lo largo de toda la cadena.

A los controles en granja, transporte y matadero se añaden los realizados en la industria y en los canales comerciales y a ellos se suman los realizados a las carnes y productos que se exportan, que se someten a nuevos controles por parte de los gobiernos correspondientes, tanto en nuestro país como al llegar al país de destino. Pasar estos últimos controles, de forma sobresaliente, son claves para garantizar un comercio libre de trabas y ha posibilitado que los productos del sector porcino lleguen hoy a más de 130 países de todo el mundo.


Regulación completa en el transporte de los animales

El transporte se considera una de las fases más críticas del proceso de producción, ya que los animales están expuestos a un número elevado de factores estresantes en un período de tiempo relativamente corto. Sin embargo, tanto la carga y descarga de animales como sus condiciones dentro de los vehículos de transporte están altamente regulados, con exigentes medidas de bioseguridad orientadas a garantizar la salud y bienestar del ganado.

 

Un sello con todas las garantías de bienestar animal

A las estrictas normativas tanto nacionales como de la Unión Europea, se añade ahora el sello de certificación “BIENESTAR ANIMAL CERTIFICADO”, creado por INTERPORC, para avalar las buenas prácticas llevadas a cabo en el sector porcino en materia de bienestar animal y bioseguridad y que es el de mayor exigencia de la Unión Europea en estas materias. El sector porcino de capa blanca español se adelanta así las demandas de los consumidores y distribuidores para ofrecer transparencia y garantía de compromiso en bienestar animal a lo largo de todo el proceso de vida del animal.