EL FUTURO DE LA ALIMENTACIÓN. ¿CÓMO COMEN LOS NIÑOS ESPAÑOLES?

Siendo las cifras de obesidad infantil en España muy destacadas, es evidente que a toda la sociedad debiera de preocuparle la alimentación de los más pequeños. Curiosamente, varios cientos de miles españoles hacen anualmente alrededor de doscientas comidas anuales en su Centro escolar, de tal modo que en su domicilio únicamente realizan las cenas y las ingestas de los fines de semana. Por eso, la calidad de la alimentación proporcionada en la escuela es algo esencial cuando hablamos del correcto desarrollo, crecimiento y salud infantil.

Lo cierto es que, en algunas ocasiones, comer en el centro educativo se convierte en lo contrario de lo que tiene que ser: una herramienta educativa para que el escolar aprenda a alimentarse correcta y saludablemente, un sitio donde aprender normas sociales y de convivencia, una prolongación del aula en donde poner en práctica buena parte de lo aprendido sobre ciencias, medio ambiente, historia local, etc., etc. Y, sobre todo, un sitio agradable, limpio, tranquilo al que dé gusto acudir sin prisas, lloros ni empujones para aprender y practicar estilos de vida saludables.

De hecho, hay un consenso generalizado en que facilitar la alimentación equilibrada de los niños y jóvenes mejora ostensiblemente su salud y su rendimiento académico y físico. Esta mejora de la dieta estamos seguros además de que contribuirá a la reducción del riesgo de padecer enfermedades degenerativas (cáncer, cardiovasculares) durante la edad adulta. Tan solo por estos motivos, todas las intervenciones que supongan la mejora de la alimentación en el entorno escolar y/o domiciliario tendrían que considerarse prioritarias.

Los errores más comunes detectados en la alimentación infantil, tanto en el domicilio como en el comedor escolar, pasan por el abuso de fritos (especialmente de precocinados: croquetas, sanjacobos, etc.), carnes grasas y postres o bebidas dulces junto con la insuficiente presencia de vegetales -frutas, hortalizas, legumbres, cereales- en general.

Por ello, insistimos en la necesidad de favorecer en la dieta la presencia de frutas y hortalizas variadas, pan, aceite de oliva virgen, frutos secos, legumbres, carnes magras y pescados.

En este sentido, señalamos que cortes magros de carne de cerdo de capa blanca, con el adecuado tratamiento culinario y respetando el equilibrio dietético y las frecuencias recomendadas de consumo del resto de alimentos, pueden estar presentes en los menús caseros y escolares dadas algunas características muy interesantes: un bajo contenido graso, una riqueza proteica de calidad y destacada, la presencia de ciertas vitaminas y minerales. Sin olvidar que su palatabilidad y valor nutritivo la hacen apta para diferentes edades y circunstancias vitales.

 

* PRODUCTOS QUE TIENEN QUE ESTAR PRESENTES EN LOS MENÚS ESCOLARES.

Frutas y verduras Diariamente, al menos una ración de verduras ó ensalada y una de fruta.

Pescado Al menos dos veces por semana. Pescado azul, al menos una vez cada dos o tres semanas.

Carnes Preferir carnes magras

Pan y cereales Diariamente. Introducir productos integrales.

Agua Libre y accesible.

Leche y lácteos Diario. Usualmente en desayunos o meriendas.

Aceites De oliva virgen, preferiblemente, o de girasol.

 

* PRODUCTOS DE USO RESTRINGIDO O NO PERMITIDO.

Dulces, refrescos, productos azucarados: esporádicamente.

Reducir la sal añadida. Eliminar saleros en las mesas. Condimentos en envases monodosis.

Fritos. No más de 1-2 veces por semana.

Precocinados fritos: esporádicamente.

Derivados cárnicos: hamburguesas, carne picada, salchichas, etc. máximo, una vez cada quince días.