Hace poco más de un mes que finalizaba en Madrid la última Cumbre del Clima, la COP25, sin otro acuerdo más allá que el compromiso de que los cerca de 200 países asistentes se presenten, de cara a este 2020, con propósitos mucho más ambiciosos en la lucha contra el cambio climático, y muy especialmente en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Esa falta de consenso que imperó durante dos semanas en Madrid dista mucho de la unión del sector porcino de capa blanca español, que consciente de que el planeta tiene una emergencia climática, trabaja no solo desde hace años, sino también con la mirada puesta en el futuro, en la protección del entorno y en la reducción del impacto medioambiental de su actividad.
El sector porcino lleva años dedicando muchos esfuerzos en proteger el medio ambiente. Las granjas de porcino españolas cuentan con instalaciones modernas acondicionadas para reducir la producción de residuos y para gestionarlos correctamente a través de su reciclado o reutilización; y utilizan el agua y la energía de manera eficiente, incluso, muchas de ellas son abastecidas por energías renovables.
Resultado de todo ello son los significativos datos de los últimos años que reflejan reducciones muy importantes en el consumo de agua (-30%), o en emisiones GEI: hasta un 47% las emisiones de amoníaco por kilo de carne producido; un 38% las emisiones de óxido nitroso; y un 14% las emisiones por la gestión de estiércoles.
Los números son el ejemplo más claro de la forma en que día a día trabaja el sector, bajo el modelo de producción europeo que conlleva la legislación más exigente del mundo en esta materia y que ha convertido al sector porcino de capa blanca español en un referente internacional en el cuidado del medio ambiente.
Pero esta posición privilegiada nos obliga a seguir mejorando de cara al futuro y fue lo que nos impulsó a crear el Comité de Sostenibilidad de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC), un grupo de expertos, que más allá de ese día a día, pudieran estudiar y evaluar el impacto medioambiental de nuestro trabajo en cada una de sus fases, desde la granja a la mesa, y que nos dieran las directrices para potenciar todos aquellos procedimientos que permitan aún más mitigar la huella de nuestra actividad .
El Comité de Sostenibilidad, creado en 2018, trabaja para reforzar las acciones del sector porcino en la lucha contra el cambio climático, y para ello, cuenta con el apoyo del conjunto del sector, decididamente comprometido en esta lucha y en seguir invirtiendo, tanto dinero como formación, en todas aquellas técnicas que permitan disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente durante el almacenamiento y tratamiento de purines, y ahorrar agua y energía.
La actividad del sector porcino y del sector primario en su conjunto tiene una gran responsabilidad en la lucha contra el cambio climático, pero también es necesario tener muy presente que somos un sector estratégico fundamental por nuestra función social, económica y vertebradora del medio rural, y que nuestro objetivo final no es otro que ofrecer productos seguros, sanos y de calidad para alimentar a la sociedad.