El sector porcino español lleva años trabajando con una enorme responsabilidad en las mayores medidas de bioseguridad y extremando al máximo la precaución en todos los aspectos relevantes para prevenir la entrada de enfermedades.

Este esfuerzo, se ha reforzado aún más, a la raíz del brote de peste porcina africana detectado en Alemania, especialmente en aspectos clave como las medidas de bioseguridad en granja, las condiciones de limpieza y desinfección de los vehículos de transporte de animales y la vigilancia y cuarentena de animales vivos importados.

España cuenta con unos rigurosos planes de vigilancia sanitaria y bioseguridad, que son la base principal para mantener al país libre de enfermedades, garantizar la producción de alimentos de forma segura y mantener una política exportadora pujante, pero es muy importante no bajar la guardia y que cada agente del sector cumpla rigurosamente con todos los protocolos y precauciones sanitarias.

En nuestro país contamos con una estricta legislación en la que se especifican los requisitos legales de bioseguridad que deben cumplir las granjas de porcino para poder desarrollar su actividad ganadera, de ahí que el nivel de bioseguridad y el estatus de nuestra cabaña sean de los más altos del mundo.

También es de destacar el Programa Nacional de Vigilancia Sanitaria español, cuyas rigurosas medidas permiten prevenir enfermedades en el ganado y detectar de forma temprana cualquier anomalía para actuar con rapidez.