En apenas poco más de un año desde su nacimiento, ‘Compromiso Bienestar Certificado’, impulsado por la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC) en colaboración con empresas del sector, certificadoras, administración, científicos, expertos en bienestar animal y organizaciones de protección y defensa de los animales, se ha convertido en el sello de referencia de cerca de un centenar de granjas, industrias y centros de sacrificio de porcino, lo que demuestra su buena acogida y el compromiso de todos los profesionales del porcino por seguir avanzando en todo aquello que peda mejorar la actividad porcina.
Su adhesión a este sello, de forma totalmente voluntaria implica que cumplen con los más altos estándares del mundo en bienestar animal, sanidad, bioseguridad, manejo de los animales y trazabilidad a lo largo de todos los eslabones de la cadena de valor. Los requisitos que exige el Reglamento Técnico de Bienestar Animal y Bioseguridad, Interporc Animal Welfare Spain (IAWS) para la obtención del sello, y que van mucho más allá de las normativas europea y nacional, ya de por sí las más exigentes en estas materias.
Por ejemplo, en el caso de las granja, antes de ser auditadas, deben demostrar su adhesión al Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN) con el fin de reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencia a los antibióticos y, consecuentemente, reducir el impacto de este problema sobre la salud de las personas y los animales.
En cuanto a los centros de sacrificio cabe destacar como requisito, adelantándose a la legislación, la obligatoriedad de tener instalado un sistema de grabación de imágenes en continuo en las áreas en las que se encuentran los animales, con el objeto de monitorizar aspectos relacionados con el bienestar de los animales y garantizar la existencia de buenas prácticas.
El control del cumplimiento de las medidas contempladas en el Reglamento se realiza a través de auditorías independientes y periódicas por parte de certificadoras independientes de INTERPORC, y por profesionales acreditados y con una amplia experiencia en bienestar animal y bioseguridad, que evalúan el grado de cumplimiento de una forma sistemática, objetiva, medible y cuantificable, y aseguran que los agentes que obtienen el sello cumplen estrictamente todos los parámetros establecidos en el exigente Reglamento.