En el año 2020 los españoles consumieron un total de 484.250 toneladas de carne fresca de porcino y 569.300 toneladas de elaborados de porcino, unas cifras que ponen de relieve la extraordinaria contribución del sector porcino, por un lado, a la alimentación, y por otro, a la salud de los españoles.

En cuanto a la alimentación, el sector porcino, es el primer proveedor de proteína animal -cerca del 19% de toda la proteína de origen animal- que ingieren los consumidores españoles, por delante de lácteos, otros cárnicos, huevos o miel.

La carne fresca y los elaborados de porcino, conjuntamente, representan más del 46% del consumo cárnico total, lo que se traduce en que el sector porcino contribuye con unos 26 kilos/habitante/año a la dieta alimentaria de los españoles.

A dicho aporte a la alimentación cabe destacar la intensa contribución del sector porcino a la salud de los españoles a los que provee de alimentos, carne y  elaborados del cerdo de capa blanca, sanos y nutritivos. De hecho, la carne de cerdo es uno de los productos de nuestra Dieta Mediterránea con más bondades nutricionales.

Aporta proteínas de alto valor biológico. Es rica en zinc, fósforo o potasio como minerales más destacados, y se caracteriza por su contenido en vitaminas del grupo B como la B1, B3, B6 y B12 y su moderado aporte graso en el que priman los ácidos grasos insaturados (cortes como el solomillo o el lomo solo contienen 104 kcal por cada 100 gramos).

Son propiedades nutricionales cuya calidad no ha dejado de mejorar en los últimos años, con el objeto de responder a las demandas, cada vez más exigentes, de los consumidores, que apuestan por dietas más saludables. Hoy, un 60% de los consumidores reconocen que se esfuerzan a la hora de encontrar productos saludables. En este sentido, la investigación en la industria cárnica está respondiendo en consonancia, con productos que contienen menos sal, menos grasa o que incorporan otras sustancias activas beneficiosas para el organismo.

Esto ha llevado a que productos como el jamón serrano tengan hasta un 50% menos de sal o que se haya reducido hasta un 60 % el contenido final de colesterol, gracias a la sustitución de parte de la grasa de origen animal por ingredientes de origen vegetal.

Todo esto permite confirmar el extraordinario valor nutricional y saludable de la carne de porcino, lo cual se complementa con su gran valor gastronómico y su consideración como alimento esencial de la Dieta Mediterránea y con el hecho de que se trata de un producto que se puede consumir por todo tipo de consumidor y en cualquier etapa de su vida. En definitiva, se trata de un producto absolutamente imprescindible e insustituible en la dieta nutricional de los españoles.

 

     Alberto Herranz

Director de INTERPORC