Los expertos recomiendan, dentro de una dieta equilibrada, el consumo de carnes magras, como la carne de cerdo, de entre 3 y 4 raciones por semana de 100 a 125 gramos cada ración.
La carne y los productos derivados del cerdo de capa blanca aportan nutrientes implicados en diversas funciones imprescindibles del organismo
La carne de cerdo de capa blanca y sus productos cárnicos son alimentos imprescindibles en una dieta equilibrada por su elevada calidad nutricional, su sabor, su fácil digestibilidad, y por la gran variedad de formas de preparación que permiten adaptarla a todos los gustos y edades.
Los expertos recomiendan el consumo de carnes magras, como la carne de cerdo, de entre 3 y 4 raciones por semana de 100 a 125 gramos cada ración, como proteína esencial dentro de una dieta equilibrada.
Entre sus propiedades nutricionales, cabe destacar su importante aporte de proteínas de alto valor biológico. También aportan minerales de interés como hierro, potasio, fósforo, zinc y vitaminas del grupo B (B1, B3, B6 y B12), nutrientes implicados en diversas funciones imprescindibles del organismo.
En cuanto al contenido en grasa, muestra un perfil lipídico interesante. Solo una tercera parte de la grasa es saturada siendo el resto principalmente grasa monoinsaturada (42,9 % grasa monoinsaturada y 15,9 % grasa poliinsaturada, 34 % saturadas). Así cortes magros, como el lomo contienen 2,65 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto.
Sus características hacen de la carne de cerdo y sus productos cárnicos, la mejor aliada para una dieta equilibrada y saludable.