Cada vez que a un profesional del sector porcino le dicen que hay que trabajar para ser sostenible la cara que se le pone es la que suele acompañar a la frase “a Noé le vas a hablar tú de agua…”. O lo que es lo mismo, “en lugar de decirme lo que tengo que ser, comprueba antes lo que soy ya”.

Y últimamente, con la oleada de sostenibilidad que nos empapa, hay muchas oportunidades para poner esa cara.

Porque son innumerables las referencias diarias a la sostenibilidad. Hoy todo debe ser sostenible. Se habla incluso de que 2022 es el año de la sostenibilidad.

Es la nueva ola a la que se están subiendo muchas empresas y sectores, cuyos usuarios comienzan a exigirles que realicen su actividad respetando los recursos del planeta, sin contaminar y del modo más saludable posible. Y eso pasa produzcas lo que produzcas, ya sea un alimento, un envase o un artículo tan inocuo como un lápiz. O eres sostenible o no eres.

El problema llega cuando se otorgan etiquetas de ‘sostenible’ o ‘no sostenible’ basadas en prejuicios heredados de épocas pretéritas (cuando no en simple desconocimiento), en lugar de comprobar los datos reales que confirmen o no dichos estereotipos.

Y ese es precisamente el problema que tiene el sector ganadero en general y el de porcino en particular: gran parte de la sociedad no se cree que ya es un sector sostenible.

Los datos lo demuestran. Solo en el año 2020 el sector porcino de capa blanca español ha reducido un 5,4% sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero por cada kilo de carne producido con respecto al año 2019. En dicho año, las emisiones por cada tonelada de carne producida ascendieron a 1,75 frente a las 1,85 del año 2019.

Pero si nos remontamos a los últimos quince años, desde 2005 la reducción de emisiones GEI por cada kilo de carne producido es aún más significativa, ya que alcanza el 39,6%. En aquel año, las granjas de porcino españolas emitían 2,90 toneladas de CO2 por cada tonelada de carne producido mientras que, en el año 2020 se han emitido 1,75 toneladas de CO2 por tonelada de carne.

La ganadería de porcino española es parte de la solución para frenar el cambio climático gracias a su compromiso en implementar avances en sostenibilidad en sus procesos de producción. Un compromiso que se ve refrendado con la participación de INTERPORC en la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, para la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Por lo tanto, lo difícil, ser sostenibles y tener implantados sistemas de producción que te llevan a ser incluso más sostenible cada día, ya lo practica el sector porcino de capa blanca. Ahora es el momento de que todo el sector, desde los ganaderos, los operarios de las industrias, los veterinarios…de que todos, digamos alto y claro que de sostenibilidad no nos tienen que dar lecciones, nos tienen que escuchar.

Los españoles nos piden que seamos sostenibles, y ya lo somos. Ahora sólo tienen que creernos.