• Beber suficiente líquido, aunque no se tenga sed: agua, café descafeinado, leche, etc.
  • Moverse el máximo en función de las posibilidades individuales.
  • Mantener el cerebro activo.
  • Controlar la obesidad y el bajo peso.
  • Echar cabezaditas a lo largo del día si el cuerpo lo pide.
  • Cocinar platos con buena presentación.
  • Potenciar los sabores con especias.
  • Elegir alimentos de fácil masticación.
  • Tratar de comer en compañía.
  • En la compra elegir productos que faciliten la preparación de comidas: verduras frescas congeladas, ensaladas limpias y cortadas, legumbres envasadas bajas en sal…
  • Controlar fechas de caducidad y conservar los alimentos adecuadamente.
  • Ojo a las interacciones entre medicamentos y alimentos. Consultar con el médico.