En una dieta equilibrada, los expertos recomiendan incluir 2 raciones diarias de proteínas, para lo cual lo más recomendable es la alternancia entre las distintas fuentes: carne, pescado, leche y derivados lácteos, huevos, legumbres. Y dentro de las carnes lo ideal es incluir los diferentes tipos para que la alimentación sea lo más variada posible y aporte diferentes nutrientes.

Para situar el papel de la carne de cerdo en el contexto de las guías alimentarias de la población española, es conveniente recordar la función de éstas, revisar la composición de la carne de cerdo y los factores que la afectan, y considerar el consumo medio actual de dicha carne y su posible contribución a la satisfacción de las necesidades nutricionales de la población.

Las guías alimentarias para la población española recomiendan seleccionar piezas magras a la hora de consumir carne. La carne de cerdo proporciona una gran oferta de productos sanos y sabrosos. La combinación de ambos conceptos permite la inclusión de la carne de cerdo en una alimentación saludable a la vez que atractiva para el consumidor.

El consumo de cortes magros de carne de cerdo como el lomo o el solomillo, determina el aporte de gran proporción de los requerimientos diarios de nutrientes para la población, con un contenido mínimo de grasa.

En cuanto a los productos cárnicos del cerdo, se debe contemplar su consumo según el tipo y la calidad, ya que pueden tener un contenido graso variable. Derivados del cerdo como el jamón serrano sin tocino, alcanzan porcentajes que van del 5,6 al 8,4 %, siendo esta cifra de tan solo el 4,5 % para el lomo embuchado de calidad y del 3 al 10 % para el jamón cocido.

Para la población general y en el contexto de una dieta equilibrada, todos los productos cárnicos procedentes del cerdo están perfectamente indicados siguiendo las recomendaciones de consumo adecuadas. La gran variedad de elaborados cárnicos debe ser apreciada por su calidad nutritiva, organoléptica y gastronómica. En España el sector cárnico dispone de diversas gamas de productos con óptima composición nutricional que se adaptan a las necesidades de los diferentes grupos poblacionales.

expertos recomiendan un consumo de carnes magras, como la carne de cerdo, de 3 a 4 raciones por semana (100-125 g cada ración), eligiendo cortes magros y retirando la grasa visible antes de cocinar el alimento. Los embutidos pueden consumirse dentro de la frecuencia adecuada seleccionando principalmente los de menor contenido en grasa.