- La calidad y seguridad del sector porcino permiten ofrecer productos respetuosos con el bienestar animal y el cuidado del medio ambiente que responden a las demandas de los consumidores actuales
- Las empresas porcinas aplican ingeniería moderna en su diseño y funcionamiento, con controles serios y rigurosos en la alimentación y cuidados veterinarios de los animales cuyo resultado final es una producción de carne de altísima calidad
Madrid, 20 de abril de 2023- España es el tercer productor mundial de porcino y segundo exportador mundial y primero europeo, lo que se traduce en que creamos marca España con nuestra carne y elaborados de porcino y somos un referente para otros sectores agroalimentarios que aspiran a incrementar sus exportaciones.
La confianza de los profesionales de los mercados de países terceros más exigentes (tanto en calidad, como en trazabilidad, sostenibilidad, formatos, etc.) se asienta en el cumplimiento de la legislación y el modelo de producción de la Unión Europea, uno de los más modernos y garantistas del mundo.
La calidad, seguridad y control que lo caracterizan permiten dar respuesta a las crecientes exigencias de los consumidores actuales, que no sólo buscan una alimentación saludable, sino que también demandan a las empresas alimentarias producciones respetuosas con el bienestar animal y el cuidado del medio ambiente.
Por eso, desde el inicio del proceso, las granjas españolas son un perfecto ejemplo de ganadería moderna. Empresas, muchas de ellas, de carácter familiar, que conservan sus raíces, pero que al mismo tiempo hacen uso de soluciones de ingeniería moderna en su diseño y funcionamiento; que aplican controles serios y rigurosos en la alimentación de los animales y que conceden una gran importancia a su cuidado veterinario. El resultado final es una producción de carne de altísima calidad.
Del mismo modo, la industria transformadora está altamente tecnificada e incorpora los procesos más avanzados de la industria cárnica mundial, destacando en trazabilidad y seguridad alimentaria. Todo ello con un único objetivo: cumplir con los altos estándares que se le exigen en los diferentes países en los que está presente.
La combinación de un sector primario moderno con una industria muy avanzada ubica claramente al sector porcino español en la vanguardia tecnológica de la industria porcina mundial. Una situación en la que tiene mucho que ver su apuesta por la digitalización de toda la cadena de valor como herramienta de diferenciación.
Y si la producción es moderna y eficaz, más aún lo son los altos controles de seguridad que establecen las propias empresas y las autoridades. De nuevo en este caso bajo el paraguas de la legislación europea, caracterizada por sus altos niveles de exigencia y complementada por las certificaciones voluntarias en trazabilidad, sostenibilidad y seguridad alimentaria, que representan para los consumidores un indiscutible plus de confianza en las producciones cárnicas españolas y son garantía para las autoridades sanitarias de los países terceros ante cualquier problema sanitario.
La carne de porcino y los elaborados cárnicos españoles gozan del mayor reconocimiento en los mercados internacionales. Cada día son más los países de destino de las exportaciones españolas y la excelente relación calidad-precio abre nuevas posibilidades para los operadores españoles.
El sector porcino español tiene hasta hoy el aval de estar presente en más de un centenar de países que, tras rigurosas inspecciones, han abierto sus fronteras y han otorgado la máxima confianza a los operadores españoles para que sus productos formen parte de la cesta de la compra de los exigentes consumidores locales.