Aunque el consumo de carne sigue una tendencia a la baja, esa realidad no debe ocultar otras que sirven para enmarcar adecuadamente la situación:

  1. El 95,2% de la población española incluye la carne en su alimentación.
    1. Los que no lo hacen son una minoría
    2. Si no hay un seguimiento médico continuado, una persona puede poner en riesgo su salud al eliminar alimentos imprescindibles en su dieta, sea la carne o cualquier otro.
  2. El porcino sigue resistiendo mejor que otras carnes esa tendencia a la baja.
    1. En 2022 el consumo de carne fresca de porcino en España fue de 8,61 kilos per capita, frente a los 9,64 del año anterior (10,6% menos)
    2. El descenso global de todas las carnes fue del 13,8%.

En este sentido, hay que recordar que la carne de porcino forma parte de una alimentación saludable y que las empresas porcinas invierten en I+D para ofrecer al consumidor productos más sanos cada vez con menos sal y grasas.

Además, es importante tener siempre en cuenta que la ciencia avala que es un error sustituir la proteína animal por productos que quizá imiten su sabor o su aspecto, pero no tienen sus mismas propiedades nutricionales.

Por lo tanto, el mensaje es claro: la carne sigue siendo un alimento mayoritario en la mesa de los consumidores españoles y, en concreto el consumo de la de cerdo baja menos que el de otra carnes.