Introducción

La bioseguridad es la aplicación de medidas para reducir el riesgo de introducción y diseminación de gentes causantes de enfermedad en una explotación o región.

Todos los agentes implicados en la cadena de producción porcina tienen su responsabilidad dentro un programa de bioseguridad: propietarios, personal de la explotación, veterinarios, administración pública y todo individuo que intervenga en la gestión de una explotación.

En una coyuntura de comercialización y exportación en aumento, la bioseguridad tiene un papel fundamental. Es la base principal para mantener el país libre de determinadas enfermedades, nos ayuda a tener una garantía para producir alimentos de forma segura y este conjunto nos permite ser competitivos para la comercialización e internacionalización.

 

Tipos

Se divide en externa e interna. La bioseguridad externa comprende todas las acciones dirigidas a evitar la introducción de un agente patógeno en una explotación y la interna la reducción de la diseminación dentro de una explotación. Sus componentes principales son:

Externa: naves de cuarentena, vallado perimetral, protecciones anti pájaros en ventanas, sistema de desinfección de vehículos de transporte, muelle de carga y descarga funcional, vestuarios, sistema de carga de purines y otros subproductos,

Interna: gestión del material sanitario, pediluvios, formación en bioseguridad y uso adecuado de biocidas, plan de desratización y desinsectación, programa de limpieza y desinfección.

 

Elaboración de un programa de bioseguridad

Cualquier diseño de un programa de bioseguridad debe enfocarse como una gestión de riesgos. Establecer las posibles causas de entrada y diseminación de un agente patógeno, y a partir de aquí priorizar en unos riesgos que van a depender: de la enfermedad, ubicación de la explotación y factores intrínsecos de la misma explotación.

En lo que se refiere a enfermedades, uno de los factores más importante son las vías por las cuales pueden entrar los agentes patógenos en una explotación: contacto directo con otros animales infectados (domésticos o silvestres), semen, aerosoles, agua, pienso, vehículos de transporte, personal y visitas.

Otro de los factores a tener en cuenta es la localización de la explotación. Factores como la distancia a otras explotaciones o la cantidad de explotaciones porcinas en un radio determinado permiten intensificar en determinados aspectos del programa

Finalmente, los factores intrínsecos de la explotación como son: orientación productiva, edificios, presencia de enfermedades, gestión del personal y visitas, calidad de pienso y agua, tienen que ser considerados para conseguir el objetivo final de tener la explotación en un nivel adecuado de bioseguridad.

 

Monitorización

Existen herramientas para poder monitorizar periódicamente la eficacia del programa de bioseguridad. Un programa de bioseguridad tiene que ser dinámico y la monitorización nos va a orientar en cuáles son los factores que se deben potenciar.

Una de las más utilizadas son las encuestas de bioseguridad que realizadas de forma rutinaria nos permiten comprobar que se están llevando a cabo los distintos puntos del programa. Durante la fase de elaboración de encuestas, es importante marcarse unos objetivos iniciales. Después de la realización de las encuestas, se establecen las medidas correctoras para conseguir los objetivos planteados inicialmente. Las encuestas sucesivas permitirán auditar la correcta aplicación de las medidas correctoras y crear nuevos objetivos.

Es conveniente utilizar también, herramientas de evaluación como:

  • Las técnicas de diagnóstico serológico o anatomopatológico que nos permiten conocer la ausencia o presencia de determinadas enfermedades.
  • El muestreo de instalaciones y análisis de presencia de microrganismos en vehículos de transporte e instalaciones, para evaluar la eficacia del programa de limpieza y desinfección.