La carne de cerdo de capa blanca se puede comprar en el mercado tanto en piezas, troceada, fileteada, picada, etc., como en forma de preparados de carne, en el caso de hamburguesas y salchichas frescas, por ejemplo. La carne de cerdo de capa blanca goza de una garantía de seguridad excelente en el momento de llegar al consumidor.

En todos los alimentos comercializados, frescos o elaborados, se pueden establecer una serie de agentes que influyen en la seguridad alimentaria. Básicamente, existen tres tipos de agentes con impacto negativo: agentes físicos, agentes químicos y agentes biológicos.

Agentes físicos

Son aquellos que aparecen en el proceso de elaboración y puede tratarse de pequeñas partículas, objetos y, en definitiva, cualquier elemento físico que pueda incorporarse o adherirse al producto en esa fase. En cualquier caso, resultan fácilmente visibles en el control que se lleva a cabo para prevenir su aparición.

Agentes químicos

Se trata de pequeñas cantidades de contaminantes medioambientales como pueden ser Dioxinas, Furanos, PCBs, etc. O también de metales pesados que se acumulan en la naturaleza como consecuencia de las actividades industriales. Todos estos agentes están bien controlados por la legislación europea, que abarca un proceso amplio desde la producción primaria hasta el producto final. Es decir, a lo largo de toda la cadena alimentaria. De esta forma, todos los alimentos que reciben los animales están bien controlados desde el nacimiento hasta
el momento del sacrificio.

Otros contaminantes de tipo químico son las sustancias que se utilizan para tratar enfermedades de los animales, como los antibióticos. Al igual que los contaminantes ambientales, el control de estas sustancias está estrictamente supervisado en las granjas y los mataderos, estableciendo períodos de espera desde que el animal es tratado y hasta que puede ser sacrificado.

Agentes biológicos

Son seres vivos como bacterias, virus y parásitos.

En el caso de los virus, suponen un peligro muy remoto ya que, si el animal está sano, es garantía de que su carne no supone un peligro de presentar virus originados en el porcino. La única manera en que estos virus pudieran presentarse en la carne es por la contaminación posterior por alguna de estas causas: aguas contaminadas, contaminación fecal o falta de higiene en su manipulación.

Las bacterias son los microorganismos responsables de las toxiinfecciones alimentarias. En el caso de la carne de cerdo de capa blanca, se lleva a cabo un estricto control higiénico basado en un método de análisis de peligros y puntos de críticos de control. Además, se lleva a cabo una estricta trazabilidad que permite conocer, en todo momento, el curso de la carne en cada fase de su producción.

Ahora bien, ¿de qué manera podrían aparecer este tipo de agentes biológicos? Tanto Salmonella como Escherichia coli deben su aparición a una falta de higiene en la manipulación, ya que pueden aparecer debido a una contaminación fecal. Otras especies, como Listeria monocytogenes pueden llegar a la carne por contaminación ambiental o porque la carne esté en contacto con alguna superficie contaminada. Y en el caso de Staphylococcus aureus, su presencia puede deberse a un manipulador portador que, por falta de higiene, añada este microorganismo. En el caso de los parásitos, se considera que apenas se presentan debido a la modernización de las granjas y el control exhaustivo aplicado sobre todo lo que entra y sale de ellas. La legislación europea también impone controles que impiden a cualquier carne contaminada por parásitos llegar al consumidor.

En resumen, es muy escaso cualquier riesgo que pueda presentar la carne de cerdo a través de alguno de estos agentes. Los controles llevados a cabo en cada fase de la producción garantizan que la carne sea segura y cumpla con todos los requisitos higiénico-sanitarios.