• Por Daniel Babot (Univ. Lleida), Violeta Sancho y Joan Parera (DARP)

    Los autores señalan que el incremento de la producción y la importancia del ganado porcino en España ha venido acompañado de la innovación tecnológica y de la mejora del manejo y sanidad de los animales. Exponen que la regulación legal europea, nacional y regional de la producción porcina ha avanzado de forma importante y hoy existe regulación sanitaria, en bienestar animal, en aspectos de medio ambiente y en términos de trazabilidad y de seguridad alimentaria que garantiza la calidad del producto para el consumidor.

    El objetivo principal que explica y justifica los sistemas de producción de ganado porcino es la necesidad de abastecer la demanda de alimentos (carne) y de nutrientes de alto valor (proteína, energía, vitaminas, etc.) de la especie humana en el mundo. En este sentido, las estadísticas de la ONU ponen de manifiesto la evolución creciente de la población humana mundial que se espera llegue a superar los 10 millones en el año 2060. Uno de los principales retos a nivel mundial va a ser el abastecimiento de alimentos procedentes de la agricultura y de la ganadería.

    En este contexto la carne de cerdo aporta más del 35% del total de carnes producidas a nivel mundial (FAOSTAT, 2016). España es el cuarto productor mundial de carne de porcino con una producción anual de más de 3,5 millones de toneladas y con un censo total de en torno a 30 millones de animales.

     

    El incremento de la producción y  la importancia del ganado porcino en España ha venido acompañado de la innovación tecnológica y de la mejora del manejo y sanidad de los animales que ha contribuido a hacer más eficiente la cadena de la carne porcina. Puede decirse que actualmente los animales aprovechan mejor los recursos y producen más carne y de mayor calidad organoléptica. Los indicadores de rendimiento, que pueden consultarse en los Observatorios Sectoriales ponen de manifiesto que en la actualidad para producir un kg de carne de porcino se requieren menos de 2,5 kg de alimento en forma de pienso comercial, mientras que tan sólo hace 10 años eran necesarios casi 3 kg de pienso por cada kg de carne. También se ha conseguido producir canales con más contenido de carne magra y por tanto más valoradas por el consumidor actual.

    Las mejoras a nivel técnico descritas han sido posibles, en parte, gracias a la existencia de un relevo generacional de los ganaderos y de los técnicos y a una alta profesionalización del sector.

    Indicar también que la regulación legal europea, nacional y regional de la producción porcina ha avanzado de forma importante. En la actualidad existe regulación sanitaria, regulación en bienestar animal, regulación en aspectos de medio ambiente y, por supuesto, regulación en términos de trazabilidad y de seguridad alimentaria que garantiza la calidad del producto para el consumidor.

    En términos de aceptación social y de sostenibilidad del sector porcino cabe destacar los avances en la gestión de deyecciones porcinas. Hay que tener en cuenta que las deyecciones (heces y orina) son inherentes al proceso de vida de todas las especies animales, incluidos los humanos. Por lo tanto, su gestión y optimización son un reto constante en todos los sistemas de producción animal (aves, porcino, ovejas, vacas, etc.). Para afrontar este reto, a nivel de toda la Unión Europea, se han desplegado un conjunto de medidas, denominadas MTD (Mejores Técnicas Disponibles), que deben ser implementadas en el proceso de producción para reducir las emisiones en forma de deyecciones y de gases.

    Además, este reto puede y debe transformarse en oportunidad si las deyecciones ganaderas son usadas como fertilizantes en la agricultura (parte de los nutrientes extraídos por los cultivos de los que se alimentan los animales se retornan al suelo con el aporte de estiércoles y purines, y de esta forma se cierra el ciclo biológico natural tierra-planta-animal). Puede tomarse como referencia orientativa que una tonelada de purín de porcino de engorde aporta 6,0 kg de N, 3,9 kg de P2O5 y 4,5 kg de k2O que pueden ser aprovechados por las plantas para su crecimiento.

    Así este abonado natural puede, y debe, sustituir una parte del abono de síntesis química para completar las necesidades de crecimiento de los cultivos. Para llegar a este objetivo, se tiene que poder caracterizar y en algunos casos, adaptar los purines (uso de aditivos, tratamientos…) para que el sector agrícola y la sociedad en general lo vea y lo utilice como un fertilizante. Se tienen que tener en cuenta, que el ahorro económico medio del purín de porcino de engorde usado como fertilizante en sustitución del abono químico es de 10 euros/tonelada.

    En conclusión, podría decirse que es imprescindible-obligatorio producir de forma eficiente y sostenible y hacer llegar toda la información sectorial del porcino (producción, transformación, producto…) a la sociedad y al consumidor para que pueda valorar en su justa mediada la contribución a la cadena alimentaria, al desarrollo territorial y al estado del bienestar en el futuro inmediato.

     

    Autores:

    Daniel Babot: Departamento Ciencia Animal, Universitat de Lleida

    Violeta Sanchoy Joan Parera: DARP, Generalitat de Catalunya