El sector porcino de capa blanca español trabaja en un riguroso sistema de trazabilidad que permite seguir todo el proceso de un producto desde la granja a la mesa redundando no sólo en una mayor calidad de los productos sino también en la mejora de vida de los animales.
El sistema de producción que aplica el sector es un sistema moderno y sostenible, que además cuenta con una industria innovadora atenta a las demandas de los consumidores sin perder de vista la calidad y la seguridad alimentaria.
De este modo, la carne de porcino que se pone a diario a la venta en las grandes superficies y comercios tradicionales cuenta con los más rigurosos sistemas de control a través de los que se podría localizar el origen de cada corte de carne.
Así, el actual marco legislativo europeo garantiza que no se comercializan alimentos que no sean seguros y que existan los sistemas necesarios para identificar y afrontar los problemas de seguridad alimentaria, con el objetivo de proteger la salud de los ciudadanos.
De ahí que los diferentes eslabones de la cadena alimentaria conformen un todo, desde su producción en la granja hasta el punto de venta, ya que todos contribuyen a garantizar la seguridad alimentaria y en definitiva, ofrecer al ciudadano un producto de reconocida calidad y sabor y que es sinónimo de seguridad y confianza.
Además el sector porcino español quiere ir más allá y tampoco escatima esfuerzos en hacer más sostenible el denominado “ciclo de vida” de la carne de porcino, para tratar de preservar el medioambiente a lo largo de toda la cadena de valor.