El estudio transversal sobre la carne de cerdo y su encaje en la dieta mediterránea ha sido presentado los días 6, 7 y 8 de julio en la I Conferencia Mundial Sobre Dieta Mediterránea.

La carne de cerdo y su encaje dentro de la Dieta Mediterránea ha formado parte de la I Conferencia Mundial Sobre Dieta Mediterránea, organizada por la Fundación Internacional de la Dieta Mediterránea (IFMeD).

Durante este congreso internacional celebrado en Milán los días 6, 7 y 8 de julio, la Dra. Dolores Corella ha presentado un estudio transversal realizado junto a otros investigadores de la Universidad de Valencia, el CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición y la Universidad Jaume I de Castellón, que pone en valor la carne de cerdo y sus derivados, los cuales “son muy recomendables en el contexto de una alimentación variada y equilibrada como la determinada por la Dieta Mediterránea”, destaca la doctora.

Tradición y sostenibilidad de la carne de cerdo

“La carne de cerdo es uno de los productos gastronómicos más ligados a nuestra tradición, y que más ha contribuido a la sostenibilidad medio-ambiental de los pueblos mediterráneos”, explica la Dra. Corella, Catedrática del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Publica, Ciencias de la Alimentación, Toxicología y Medicina Legal de la Universidad de Valencia e investigadora del CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición. Corella ha presentado durante el congreso una investigación que pretende abrir el debate sobre la revisión a la hora de estudiar el consumo de carne de cerdo y sus recomendaciones.

En estudios iniciales, “la carne de cerdo no se estudiaba por separado, sino en conjunto con otras carnes, lo cual podía penalizar su recomendación de consumo”. En la actualidad, para conocer los efectos de la carne de cerdo, se estudia por separado, sin embargo “es una carne con muchos distintos tipos de cortes con diferentes propiedades nutricionales, desde cortes magros como el lomo o el solomillo, hasta embutidos, por lo que habría que tener en cuenta las peculiaridades de cada uno de los productos a la hora de estudiar su consumo”, señala la Dra. Corella.

INTERPORC, la Organización Interprofesional del Porcino de Capa Blanca, ha contribuido a la difusión de los resultados de este estudio que ha concluido que “el consumo moderado de carne de cerdo no se asocia con un mayor peso, ni con factores de riesgo cardiovascular, por lo que es necesario revisar la clasificación de la carne de cerdo en próximos estudios para una mejor medición”, afirma Corella.

Por otro lado, la Dra. Elisabetta Bernardi, miembro del panel de expertos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), del SIO (Sociedad Italiana de Obesidad) y del Comité Científico de ASSALZOO, también ha destacado en su ponencia el papel de la carne dentro de la Dieta Mediterránea, explicando que “contrariamente a lo que muchos piensan, la carne forma parte de este patrón alimentario”.

La Dra. Bernardi ha recalcado que la carne tiene muchas propiedades nutricionales que la hacen idónea para las distintas etapas de la vida, desde los más pequeños, cuyo aporte de hierro contribuye a su desarrollo cognitivo normal, hasta los deportistas, las embarazadas y las personas mayores, cuyo aporte de proteínas les ayuda a conservar la masa muscular.